

Septiembre 2006 / Enero 2008
¿Está mal hecha la línea de tiempo? –preguntamos- porque según lo que nos estaban presentando nuestros compañeros, su llegada a Argentina fue en septiembre de 2006 o sea… un año y cuatro meses atrás. Y es que efectivamente su proceso ha sido uno de los más largos de los equipos de América Solidaria.
Hasta antes de su llegada, Incupo, sólo había trabajado con voluntarios que venían a realizar prácticas, tesis o investigaciones puntuales, por lo que no estaban delineadas las maneras de trabajar con voluntarios permanentes y que se vincularan de manera efectiva a los equipos de trabajo de la institución.
Doble mérito: su proceso sentó las bases de lo que constituye la metodología actual de trabajo con voluntarios y sus proyectos realizados son un aporte concreto a la planificación de la institución para el 2008.
Hemos querido acompañarlos en el cierre de su proceso compartiendo un resumen de lo que hicieron:


En Corrientes, trabajó en la Colonia San Antonio, realizando una encuesta que permitiera conocer la situación real en que se encuentran las familias campesinas que ahí viven, y que por distintas razones no han podido regularizar la propiedad sobre sus tierras. Francisca y el equipo de INCUPO de esa provincia, trabajaron en conjunto con la Asociación Provincial de Pequeños Productores de Corrientes (APPPC) y con docentes y estudiantes de la EFA (Escuela Familiar Agrícola) Ñande Roga. Estos últimos fueron los encargados de aplicar las encuestas, tarea en la que participaron con gran entusiasmo.
Este trabajo permitió saber que, pese a la ley de Colonización que existe en esa provincia, hay muchas tierras que se están adjudicando a empresas forestales pese a que hay muchas familias que están aspirando a esos terrenos. Menos de la mitad de las familias tienen regularizadas su situación de propiedad, aunque cumplen con los requisitos y están produciendo en esas tierras. Hay muchos jóvenes en la Colonia que podrían seguir trabajando en el campo, pero que si no acceden a la tierra no lo podrán hacer.
En Santiago del Estero trabajó con la Mesa Zonal de Tierras (MEZAT) de Añatuya. Aquí también se realizaron encuestas para conocer cómo eran las familias que participaban de la MEZAT (edad, ocupación), en que situación se encontraban respecto a la propiedad sobre sus tierras, que uso le estaban dando y en qué otras organizaciones participaban. Este trabajo permitió saber que la gran mayoría de quienes participan en la MEZAT no tienen regularizada su situación de propiedad y tienen conflictos. Sus principales problemas son la falta de agua y tierra suficiente, conflictos con usurpadores, falta de trabajo y también los caminos en mal estado, falta de luz eléctrica, entre otros.
En Chaco, trabajó con comunidades Toba de la zona de La Leonesa, recuperando junto a ancianos, adultos y jóvenes lo que había sido el proceso de recuperación de tierras de esta comunidad en la que antes funcionaba un ingenio azucarero. El objetivo era que la comunidad reflexionara sobre la necesidad de comenzar a hacer proyectos productivos en sus tierras, ya que actualmente la mayoría las alquila. La intención fue que la comunidad valorará lo que había logrado, para que en conjunto se propusieran proyectos a futuro. Este último proceso es un desafío que queda para este año.

Además de los kilómetros recorridos, las personas conocidas y las experiencias formadoras vividas, estos compañeros aportaron con sus trabajos al fortalecimiento de una mirada regional a temas tan relevantes como el mejoramiento de las condiciones de vida de las comunidades rurales.
Ángel, Patricia y Francisca vivieron con pasión su proceso. Los dos primeros apostaron por seguir vinculados a distintas organizaciones del Chaco y se quedarán un tiempo más por estas tierras, y Francisca que ya regresó a Chile está buscando trabajar en una Ong que confíe en la creatividad de sus profesionales y comparta sus convicciones.
Gracias totales